
11 Jun La arquitectura bioclimática tradicional en Rumanía (cuarta parte)
Siguiendo con las estrategias bioclimáticas para condiciones de verano, en algunas edificaciones se ve lo que llaman el “vestíbulo frío”. En esos casos el vestíbulo carece de falso techo, por lo que se ve la parte inferior de la cubierta y en ocasiones incluso el cielo a través de los huecos que dejan las tejas de madera. Al carecer de la protección aislante que da el aire del bajo cubierta formado por el falso techo y la cubrición, lógicamente es una habitación más fría. Por otro lado, al ser más alta no acumula el calor cerca de los ocupantes sino en la parte superior, a varios metros de altura sobre el suelo, se estratifica junto a la cubierta y se ventila mejor, y, por tanto, es una habitación ideal para ser usada en verano, con unos niveles de habitabilidad mayores.

Vestíbulo frío
Otro de los procedimientos bioclimáticos clásicos para protegerse del calor, a la vez que aportar resistencia térmica a los cerramientos de cara al invierno, es enterrar o semienterrar la casa. Hay infinidad de casas-cueva o casas enterradas, siempre con un comportamiento térmico magnífico. Aparecen en todos los continentes y en practicante todos los países, al tratarse de una alternativa medioambiental muy eficaz, pero también muy económica. Rumanía no podía ser menos y también hay construcciones enterradas.

Esta vivienda semienterrada en Draghiceni se edificó en torno a 1800. Está enterrada aproximadamente 1,5 m, quedando en el exterior más o menos 1 m de muros más la cubierta.
Otra propuesta bioclimática interesante está en las cubiertas. Aunque la mayoría de las cubiertas son de teja de madera, algunas utilizan capas de paja, como se acaba de ver en esa casa enterrada. En esos casos, de la viga que forma la cumbrera sobresalen estacas puntiagudas donde se engancha la paja como si fuera un almiar, formando una gruesa capa, poco elaborada y sin demasiado control, pero suficientemente aislante. En nada parecidas a las permeables cubiertas de hojas de palma de los climas tropicales o a las densas, aislantes y elaboradas cubiertas hechas con haces comprimidos de paja de trigo o centeno, de los climas fríos. Aquí se encuentran a caballo entre ambas soluciones, aislantes para el invierno, ventiladas para el verano; de nuevo una solución bioclimática equilibrada, válida para el frío y el calor.

En este conjunto de edificios en Salciua, Transilvania, de 1815, la cubierta es una imponenete aglomeración de paja de trigo que alcanza una altura tres veces superior a la de las propias paredes. La técnica constructiva para poner la paja en la cubierta se denomina, en una traducción literal, “aplastado con la pierna”.

En esta vivienda en Surdesti, en Maramures, que es de la segunda mitad del siglo XVIII, la cumbrera de la cubierta es una simple pero densa aglomeración de paja, para que no entre agua, fijada con estacas como si fuera un almiar.

Esta otra granja en Cherelus, sin embargo, usa mazos de paja bien comprimidos y colocados en capas, que a su vez se sujetan lateralmente con unas endebles escuadras de madera, y a lo largo del faldón con tiras de delgados palos.

Ésta otra vivienda en Curteni, construida por su propietario Dumitrache Agari en 1845, usa la paja de una forma similar a la anterior; en la foto antigua se ve como se apoya directamente sobre unos rastreles de madera. Esta vivienda ofrece la rareza de unos muros de adobe, una solución bioclimáticametne ideal para el verano.
Autor: F. Javier Neila Gonzalez
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