Laponia, tierra de hielo y nieve: el lavvu primera parte
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Laponia, tierra de hielo y nieve: el lavvu primera parte

Laponia, tierra de hielo y nieve: el lavvu primera parte

Laponia es un territorio que abarca parte del norte frío de Europa, ocupando zonas de Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia. Por tanto es un país sin estado, aunque sí tiene bandera. Hay varias etnias distribuidas por su superficie, pero la etnia más extendida es la sami, con algo más de 80 000 habitantes. Es una zona muy despoblada, sólo hay unos 190 000 habitantes, entre 2 y 3 por kilómetro cuadrado; tantos como lagos en Finlandia. Rovaniemi, sobre el Círculo Polar, es su capital y la penúltima parada del tren que va desde Helsinki hacia el ártico. Los sami, la población lapona, es especialmente sostenible y cuidadosa con sus recursos, y capaces de realizar construcciones bioclimáticas con unos recursos mínimos y en unas condiciones climáticas extremadamente difíciles.

La palabra finesa para cabaña es kota, que es el nombre genérico que se emplea para todas las construcciones vernáculas. Sin embargo, hay matices y diferencias, sobre todo en las construcciones de los sami.

En Laponia hay varios modelos de construcción diferentes a la cabaña tradicional de madera. Son fundamentalmente distintas porque deben ser desmontables para que puedan ser transportadas en los trineos tirados por renos que usaban los sami en los desplazamientos.  Los sami fueron durante mucho tiempo trashumantes, trasladando los renos de un lugar a otro en la práctica del pastoreo. Ese nomadismo obligaba a tener una construcción especial, resiliente con el entorno, fácil de desmontar y volver a montar. Por eso también debían ser ligeras, reduciendo el uso de la madera a la estructura, y cubriendo las paredes con pieles y telas. Hoy solamente quedan un 10% de samis que siguen practicando este tipo de pastoreo, siendo más habituales las granjas de cría de renos, poro en finés, siguen siendo su gran recurso económico. Los finlandeses siguen llamando a estas construcciones vernáculas kotas pero tienen denominaciones sami propias, son los lavvu y los goahti.

El lavvu es una construcción que recuerda a los tipi norteamericanos, pero menos puntiagudo para adaptarse y protegerse de los fuertes vientos de la taiga. Como los tipi, están formados por largos palos que se juntan y cruzan en lo alto, y que después se cubren con pieles; a mediados del siglo XIX empezaron a usar  telas en lugar de la clásica piel de reno. El número mínimo de palos es de tres, para formar el trípode estructural sobre él se pueden apoyar todos los que se quiera, pero los fundamentales son los tres primeros.

 

 

Los lavvu  que conserven su uso original ya no son muy habituales, aunque hay algunos sami que aún los pueden usar como refugio temporal. Sin embargo, los que vi con más frecuencia fueron lavvu como construcciones fijas transformados en restaurantes o puntos de reunión.

 

El lavvu se calienta con un fuego central que deja salir el humo por el hueco que queda entre los palos superiores. Para que el tiro funcione y no se ahúme la cabaña el fuego debe generarse con un combustible que lo haga estar muy caliente para que el humo ascienda bien, y debe haber una entrada de aire por debajo, generalmente por la puerta. Muchos de los actúales lavvu, sobre todo los fijos, tienen canalizado ese humo a través de una chimenea metálica.

 

Si se mide la temperatura en un lavvu no calefactado se puede ver como mejoran las condiciones de habitabilidad interior con respecto al exterior. En el exterior había 2 ºC bajo cero, no demasiado frío, pero con viento la sensación térmica bajaba a -4 ó -5 ºC. Dentro la temperatura era de 0 ºC, no mucho mejor, pero para esa temperatura, con la ropa adecuada la sensación era claramente aceptable, teniendo en cuenta que no tenían ningún fuego encendido.

 

Autor: F. Javier Neila Gonzalez

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